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En este blog tendreis oportunidad de ver fotos de Castresana de Losa, fotos de hoy en día y fotos antiguas. Tambien de leer cosas interesantes acerca este pequeño pueblo de Burgos enclavado en el valle de Losa.

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jueves, 28 de julio de 2011

FAMILIA AÑO 1950

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miércoles, 27 de julio de 2011

LA TRILLA

LA TRILLA EN LA ERA

Las eran estaban estratégicamente situadas en un lugar donde soplaba el viento norte suave y fresco pudiéndose ser aprovechado así para levantar la parva con la horca, lanzándola a lo alto. El viento arrastra las pajas pero el grano al ser más pesado cae al suelo rápidamente.

Antes de aparecer el trillo como el agosto era corto particularmente en Losa, las espigas se golpeaban en una tabla para que soltaran el grano y la grazna; las cantidades que se recogían eran muy pequeñas, solo para el sustento de la casa.

Con el trillo

Ayudados de la horca se extendía en la era la mies de forma circular y las yeguas comenzaban la labor. El labrador se sitúa en el centro de la era con un ronzal en una mano (cuerda de cáñamo) y la tralla en el otro para dirigir a las yeguas. Cuando había mermado la parva su volumen, los niños solían subirse al trillo (cosa que les divertía, era otra manera de sentirse mayores, participando de esta forma en la cosecha).

Mientras, las yeguas andaba circularmente, las mujeres volvían la mies para que todas las espigas soltasen su nutritiva grana. Esta labor se hacía con las horcas o palas de madera.

Con la beldadora

Cuando esta molida la parva, se recoge con los rastros, y la pala, haciendo un montón en el centro de la era, para proceder a aventar con la beldadora. Para terminar se procede a cribar el grano para dejarlo lo más limpio posible y listo para recoger, usando los elementos de medida como son la media fanega, la fanega y el celemín, con los que se llenan los sacos para transportarlo a la troj. Quedarán en la era las pajas, el grano limpio salía por un lateral en donde se había colocado un saco para recogerlo y las granzas con los que se alimentara al ganado de corral durante el resto del año se quedaran en un cajón de la beldadota situado en la parte inferior de la misma. Luego llegaron los motores eléctricos que se acoplaron a esas maquinas para substituirá al brazo del labrador.

Con la trilladora

Cuando en Castresana llegaron las trilladoras hicieron dos cuadrillas, la llamada de los cinco (Paulino, Higinio, Moises, Cipriano y el mellizo) por el número de vecinos que la formaban, la de los nueve formada por Benito Salazar, Tino, Simon Poli, Urbano, Aniceto, Serapio, Doroteo e Isidro. Como algunos vecinos no compraron venia de fuera era del requete que así le llamaban de Villabasil, esta era para Benito Gómez, Julia, Laureano, Víctor, Andrés, Ramón el de Trini, Celso el caminero y Ángel.

La trilladora también separaba el grano de la paja, con la diferencia que, el grano se recogía en sacos de lino y la paja se metía directamente al pajar, hasta llenarlo; servía para el sustento del ganado y de cama en las cuadras, la otra parte sobrante de paja se almacenaba en un gran montón a las afueras del pueblo, donde irían a recogerlo, cuando el pajar estuviese más o menos agotado.

El grano se solía guardar en las trojes. Estas a medio metro del suelo aproximadamente tenían una trampilla que se habría para ir vaciando poco a poco el granero o troj. En las casas menos pudientes se guardaba el grano en el sobrado. Para medir las cantidades de grano se empleaba la media fanega y el celemín.

La fanega como medida no existía, era utilizada la media fanega; esta era de madera, de forma rectangular con un lado cortado en diagonal para verter la simiente. Tras llenarla del todo se pasaba un rasero para quitar el sobrante de grano. También otra medida que se usaba era el celemín. La fanegas son mas o menos 3,333 metros cuadrados, tres fanegas una hectárea.

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EL ACARREO

EL ACARREO

Para el acarreo se les colocaba a los carros ocho zarras y La rabera (fotografìa) que era colocada en la parte posterior de la cama del carro para aumentar la superficie del mismo y poder traer más haces de mies.

La podemos ver colocada en la foto anterior cuando están acarreando, si nos fijamos vemos que parte de la mies sale mucho mas afuera que la cama del carro. En la parte delantera del caro en el varal estaba una pieza transversal pequeña llamada cepillo donde se colocaban dos zarras para poder cargar mayor nº de haces o gavillas y también en la parte delantera del varal estaba el tente mozo palo que se apoyaba en el suelo para tener al carro en posición horizontal; la intención de colocar estos aperos era ampliar la capacidad del carro colocando más y mejor las gavillas, cuyo peso liviano permitía gran volumen.

Una vez el carro en la pieza, una persona coge la hora hincándola en las gavillas y alzándola la sube hasta el carro donde estará otra persona para ir plegándolas ordenadamente, una vez bien cargado se atara con la soga para sujetar que no se caiga ninguna por el camino, regresando al pueblo para comenzar la trilla.

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LA SIEMBRA Y LA SIEGA DEL CEREAL


LA SIEMBRA:


Suele comenzar en otoño, se siembra sobre el rastrojo o barbecho (significa cuando la tierra se deja descansar, es decir sin sembrar para que aumente su contenido en minerales y en la siembra próxima sea más fértil).

El grano que se utilizaba y utiliza para sembrar, es el mejor de la finca, se siembra en el terreno de mayor fertilidad, así el grano será gordo y la próxima sementera tendrá también buen pan.

A esta simiente se la limpia bien despojándola de toda grana defectuosa y de otras semillas como avenas, amapolas…Para esta labor utilizaban unas cribas, luego se le emboticaba con unos polvos llamados piedra-lipe impregnando el grano de un color azulado intenso. (Esta botica que eran unas piedras azules, eran sulfato de cobre).

Se sembraba a bolea es decir se colocaba el cesto en el brazo izquierdo y con la mano derecha se iban cogiendo puños de trigo o cebada y se extendían por la pieza. Como anécdota diremos que un buen sembrado esta hecho cuando al lanzar la boina donde cae, bajo ella encontramos entre 8 y 12 granos del preciado cereal.

Hecha la siembra ya no nos queda más que esperar la primavera para ver el verdor de nuestros campos. El labrador no dejara de mirar el cielo para observar cómo va el tiempo, que caiga la gusta agua, temperatura adecuada , buen sol, y más tarde que madure bien, que no haya ninguna que otra granizada y eche a perder la labor y sustento del año.

Antiguamente para prevenir las epidemias, las sequías o granizadas se acudía a ermitas para hacer rogativas a la Virgen o a otro santo con el fin que hiciese el tiempo adecuado.

A principios de siglo apareció el cañón antigranizo, también el yoduro de plata para hacer llover y el cohete contra las tormentas. Esta técnica nunca se utilizo en nuestra zona.

No todos los granos germinan, ya que parte de ellos son el sustento de tordos, gorriones…Esto también lo recoge la bonita canción de S. Isidro el Labrador. En Castresana se sigue cantando a pesar de no oficiarse misa este día; actualmente el domingo más próximo a dicha festividad se canta como recuerdo.

La culminación de la cosecha llega con el mes de agosto de ahí la expresión “hacer el agosto”.


LA SIEGA

Primero se segaba la mies mediante la maquina llamada segadora-atadora, aparecen después de la primera guerra mundial la más conocida en nuestro pueblo es de la casa “Ajuria” de Vitoria, en la parte delantera tenían unas cuchillas que cortaban la mies y en la delantera se colocaba la yunta de bueyes o machos que tiraban de ella.

Esta máquina tenía la peculiaridad de segar y atar la mies en pequeñas partes llamadas “gavillas”. Estas se recogían ayudados por la horca en los carros a los que previamente se le habían puesto las zarras a los laterales; los haces siempre eran colocados guardando un orden con el fin que entrase el mayor numero en el carro. Para que no cayese ninguna gavilla o haz se ataban con sogas, que normalmente habían trenzado en casa, más bien en lugar de trenzado era retorcido las hebras hasta formar un grueso cordel o soga; el material utilizado era el esparto. En la última casa que vi hacer este peculiar trabajo fue en casa de Laureano.

Segando la cebada en una finca del término “las huertas. No era extraño que de vez en cuando debajo de las gavillas apareciese alguna que otra camada de codornices o ratoncillos y otras veces la desagradable sorpresa de alguna culebra.

Para realizar esta tarea eran necesarias varias personas, se juntaban las de algunas casas para segar, acarrear, trillar.

En casa mientras tanto se preparaba también la era, bien barrida con las escobas de brezo y el carro bien vestido con sus zaras para traer las gavillas o haces.

Se miraba al cielo a primera hora de la mañana y si estaba cubierto pero aparecían claros era señal que venía buen día. Cuando aparecían estos claros se solía decir “ ya tenemos buen día que se ven eras” refiriéndose a estos claros .



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